Leer es una forma particular, virtual, de escribir, en nuestra conciencia, los libros que otros soñaron, como el intérprete que, al ejecutar una partitura, confiere auténtica existencia a la música concebida por el compositor y que, hasta ese momento, se encontraba en una suerte de estado de latencia. Escribimos, quizá, para instalar en el mundo aquellas historias, versos, ideas y ritmos que no encontramos ya escritos en ningún libro ya existente. Y, de ese modo, ampliamos el círculo que algunos llaman tradición y yo prefiero, aquí, por un momento, imaginar como una conversación a través de los siglos. Gustavo Roldán